El Aprendizaje

El aprendizaje es el proceso a través del cual se adquieren o modifican habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultado del estudio, la experiencia, la instrucción, el razonamiento y la observación. Este proceso puede ser analizado desde distintas perspectivas, por lo que existen distintas teorías del aprendizaje. El aprendizaje es una de las funciones mentales más importantes en humanos, animales y sistemas artificiales.

El aprendizaje humano está relacionado con la educación y el desarrollo personal. Debe estar orientado adecuadamente y es favorecido cuando el individuo está motivado. El estudio acerca de cómo aprender interesa a la neuropsicología, la psicología educacional y la pedagogía. 

El aprendizaje como establecimiento de nuevas relaciones temporales entre un ser y su medio ambiental ha sido objeto de diversos estudios empíricos, realizados tanto en animales como en el hombre. Midiendo los progresos conseguidos en cierto tiempo se obtienen las curvas de aprendizaje, que muestran la importancia de la repetición de algunas predisposiciones fisiológicas, de «los ensayos y errores», de los períodos de reposo tras los cuales se aceleran los progresos, etc. Muestran también la última relación del aprendizaje con los reflejos condicionados. 

Proceso de Aprendizaje
El proceso de aprendizaje es una actividad individual que se desarrolla en un contexto social y cultural. Es el resultado de procesos cognitivos individuales mediante los cuales se asimilan e interiorizan nuevas informaciones (hechos, conceptos, procedimientos, valores), se construyen nuevas representaciones mentales significativas y funcionales (conocimientos), que luego se pueden aplicar en situaciones diferentes a los contextos donde se aprendieron. Aprender no solamente consiste en memorizar información, es necesario también otras operaciones cognitivas que implican: conocer, comprender, aplicar, analizar, sintetizar y valorar. 

El aprendizaje, siendo una modificación de comportamiento coartado por las experiencias, conlleva un cambio en la estructura física del cerebro. Estas experiencias se relacionan con la memoria, moldeando el cerebro creando así variabilidad entre los inviduos. Es el resultado de la interacción compleja y continua entre tres sistemas: el sistema afectivo, cuyo correlato neurofisiológico corresponde al área prefrontal del cerebro; el sistema cognitivo, conformado principalmente por el denominado circuito PTO (parieto-temporo-occipital) y el sistema expresivo, relacionado con las áreas de función ejecutiva, articulación de lenguaje y homúnculo motor entre otras. 

Así, ante cualquier estímulo ambiental o vivencia socio cultural (que involucre la realidad en sus dimensiones física, psicológica o abstracta) frente la cual las estructuras mentales de un ser humano resulten insuficientes para darle sentido y en consecuencia las habilidades práxicas no le permitan actuar de manera adaptativa al respecto, el cerebro humano inicialmente realiza una serie de operaciones afectivas (valorar, proyectar y optar), cuya función es contrastar la información recibida con las estructuras previamente existentes en el sujeto, generándose: interés (curiosidad por saber de esto); expectativa (por saber qué pasaría si supiera al respecto); sentido (determinar la importancia o necesidad de un nuevo aprendizaje). En últimas, se logra la disposición atencional del sujeto. En adición, la interacción entre la genética y la crianza es de gran importancia para el desarrollo y el aprendizaje que recibe el individuo. 

Si el sistema afectivo evalúa el estímulo o situación como significativa, entran en juego las áreas cognitivas, encargándose de procesar la información y contrastarla con el conocimiento previo, a partir de procesos complejos de percepción, memoria, análisis, síntesis, inducción, deducción, abducción y analogía entre otros, procesos que dan lugar a la asimilación de la nueva información. Posteriormente, a partir del uso de operaciones mentales e instrumentos de conocimiento disponibles para el aprendizaje, el cerebro humano ejecuta un número mayor de sinápsis entre las neuronas, para almacenar estos datos en la memoria de corto plazo (Feldman, 2005). El cerebro también recibe eventos eléctricos y químicos dónde un impulso nervioso estimula la entrada de la primera neurona que estimula el segundo, y así sucesivamente para lograr almacenar la información y/o dato. Seguidamente, y a partir de la ejercitación de lo comprendido en escenarios hipotéticos o experienciales, el sistema expresivo apropia las implicaciones prácticas de estas nuevas estructuras mentales, dando lugar a un desempeño manifiesto en la comunicación o en el comportamiento con respecto a lo recién asimilado. Es allí donde culmina un primer ciclo de aprendizaje, cuando la nueva comprensión de la realidad y el sentido que el ser humano le da a esta, le posibilita actuar de manera diferente y adaptativa frente a esta.

Todo nuevo aprendizaje es por definición dinámico, por lo cual es susceptible de ser revisado y reajustado a partir de nuevos ciclos que involucren los tres sistemas mencionados. Por ello se dice que es un proceso inacabado y en espiral. En síntesis, se puede decir que el aprendizaje es la cualificación progresiva de las estructuras con las cuales un ser humano comprende su realidad y actúa frente a ella (parte de la realidad y vuelve a ella). 

Para aprender necesitamos de cuatro factores fundamentales: inteligencia, conocimientos previos, experiencia y motivación. 

A pesar de que todos los factores son importantes, debemos señalar que sin motivación cualquier acción que realicemos no será completamente satisfactoria. Cuando se habla de aprendizaje la motivación es el «querer aprender», resulta fundamental que el estudiante tenga el deseo de aprender. Aunque la motivación se encuentra limitada por la personalidad y fuerza de voluntad de cada persona. 

La experiencia es el «saber aprender», ya que el aprendizaje requiere determinadas técnicas básicas tales como: técnicas de comprensión (vocabulario), conceptuales (organizar, seleccionar, etc.), repetitivas (recitar, copiar, etc.) y exploratorias (experimentación). Es necesario una buena organización y planificación para lograr los objetivos. 

Por último, nos queda la inteligencia y los conocimientos previos, que al mismo tiempo se relacionan con la experiencia. Con respecto al primero, decimos que para poder aprender, el individuo debe estar en condiciones de hacerlo, es decir, tiene que disponer de las capacidades cognitivas para construir los nuevos conocimientos.

También intervienen otros factores, que están relacionados con los anteriores, como la maduración psicológica, la dificultad material, la actitud activa y la distribución del tiempo para aprender. 



Factores Condicionantes del Aprendizaje
Internos: es lo propio del niño, la inteligencia, la edad, el sexo (hasta 5 años no influye) 
Externos: son los tipos de información verbal, visual, rítmica-sonora, sonora, táctil-cinética.

Factores Externos:
Tipos de información: 
  • Verbal: puede ser que una consigna verbal sea interpretada de diferente manera por los distintos niños, ya que se encuentran en una etapa simbólica, es decir que la respuesta motora puede ser variada. En las primeras fases del aprendizaje, la orientación verbal debe ser breve, precisa y deben utilizarse palabras conocidas con el objetivo de motivarlos para la actividad motora, evitando detalles y prestando mucha atención al hecho de que todos los niños escuchen.
  • Sonora y rítmico-sonora: utilizando la voz o elementos de percusión. No todas las actividades lo permiten, las denominadas cerradas o de estructura cíclica permiten un acompañamiento rítmico. Los niños son capaces de ajustar sus movimientos pero no logran acomodarse a cambios bruscos.
  • Visuales: El niño necesita tener una idea o imagen motora de la habilidad que desea aprender. Los niños observan a los adultos o a sus compañeros y repiten así lo percibido. La demostración debe ser breve. Otro tipo de señal visual es la preparación del recorrido con diferentes obstáculos, marcas, etc. 
  • Táctil-cinética: el niño percibe sensaciones provocadas por el docente al ser ayudado físicamente para que sienta seguridad cuando la habilidad es difícil. Esta asistencia no debe ser prolongada a permanente; el abandono de la ayuda debe ser gradual. La información recibida a través del contacto es necesaria en el aprendizaje de las habilidades cerradas. 

Factores Internos:
  • Motivación: Los niños poseen deseos por moverse y enfrentar a cada instante a nuevos desafíos motores. Cuantas más habilidades logre realizar un niño, mas placer sentirá. La integración de un grupo tiene enorme influencia, ya que la dificultad verbal se compensa con agresión, luchas, peleas, etc. Los juegos de competencia no sirven para aprender destrezas nuevas.
  • Edad: El niño tiene que ser estimulado cuando alcance la madurez óptima para cada actividad. Es necesario tener en cuenta los cambios corporales y neurofisiológicos que se producen con la edad. Diferentes actividades para diferentes edades evolutivas. 
  • Sexo: No existen diferencias de capacidad para realizar habilidades motoras entre las niñas y los niños. No es necesaria la separación de sexos en el jardín de infantes durante los procesos de aprendizaje.
  • Inteligencia: Es la capacidad de establecer relación entre las señales que recibe el niño y su capacidad de elaborar y expresar sus respuestas. 

Barreras para el Aprendizaje
Desde la integración educativa hacia la inclusión, el uso del concepto de barreras para el aprendizaje y la participación es utilizado para identificar los obstáculos que las y los alumnos encuentran para aprender y participar. De acuerdo con el modelo social, las barreras aparecen a través de la interacción entre los alumnos y sus contextos; las personas, las políticas, las instituciones, las culturas y las circunstancias sociales y económicas que afectan a sus vidas. Las barreras, se pueden encontrar en todos los aspectos y estructuras del sistema: dentro de los centros educativos, en la comunidad en las políticas locales y nacionales1. 

Las barreras para el aprendizaje y la participación, hacen referencia al entorno basado en los contextos: política educativa, organización del aula, estructura escolar, proyecto curricular, metodología, contexto familiar, barrio o comunidad.

El llenado de identificación de las barreras, es el resultado del análisis de la evaluación psicopedagógica y pueden reconocerse en cuatro campos específicos: 
  1. De Actitud.- Se identifican las barreras manifiestas con respecto a la actitud de las y los actores que interactúan con el alumno (maestros, compañeros de grupo, colectivo, padres y madres de familia, entre otros). Son las barreras que obstaculizan la participación y el aprendizaje como el rechazo, la segregación, la exclusión, etc. 
  2. De Conocimiento.- Son las barreras que ponen de manifiesto el desconocimiento de la situación general del alumno o alumna, sobre la discapacidad y/o aptitudes sobresalientes, por parte de todos los involucrados (familia, maestros, equipo de apoyo, escuelas, etc.). 
  3. De Comunicación - Son las barreras que interfieren en el proceso de comunicación y que obstaculizan los flujos de interacción en los diferentes contextos con el alumno. Entre ellos se encuentra la calidad de la misma, los tiempos en que se da, etc. 
  4. Practicas.- Barreras identificadas en el entorno que obstaculizan la participación y el aprendizaje. Entre ellas se encuentran las de acceso, de metodología y evaluación. 

Los Resultados del Aprendizaje
El aprendizaje es el resultado de un proceso, exclusivamente interno y, como tal, individual. Está directamente relacionado con habilidades y competencias cognitivas y metacognitivas, que se acomodan sobre una plataforma de procesos químicos, fisiológicos y eléctricos de la corteza cerebral. Estos últimos requieren para su normal funcionamiento del suplido de nutrientes, que deben venir actuando desde el vientre materno hasta los siete primeros años de edad. 

El crecimiento del cerebro depende de tales nutrientes, en la calidad como en la cantidad suficientes. Una falta sostenida de carbohidratos, proteínas y lípidos o una insuficiencia de los mismos impactan significativamente la potencialidad heredada para el aprendizaje. Aunque ciertamente no se dispone de evidencias experimentales controladas sobre la relación de causa y efecto entre la desnutrición y el rendimiento escolar, sí es posible establecer la existencia de indicios que apuntan en dicha dirección.

Algunos estudios como los de Hernán Daza (1997) y los de Gorman, Rivera y Matorell (1995) ofrecen información suficientemente objetiva, como para iniciar una discusión responsable sobre el impacto de la nutrición en el rendimiento escolar. Estos estudios realizados por el Incap (1988-1997), Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá, encontraron una relación estrecha entre nutrición y rendimiento en hijos de madres que, cuando embarazadas recibieron un suplemento nutricional y proteico, al igual que sus hijos durante sus tres primeros años vida. 

Los resultados indicaron una clara diferencia en el crecimiento del cerebro y la talla, así como una importante diferencia en el rendimiento escolar de los niños y adolescentes que participaron en el programa versus aquellos que no. El análisis de una muestra de jóvenes, entre 13 y 19, que habían participado en el programa de fortalecimiento nutricional, desde el vientre materno y hasta los siete años, cuando fueron sometidos a una prueba de manejo de información, inteligencia y logros educativos, evidenciaron una importante diferencia, a su favor con respecto a una muestra con la cual no se llevó dicho programa nutricional. 

Los efectos a largo plazo encontrados en este estudio se reflejaron en una mayor masa magra y estatura en las mujeres y mayor capacidad de trabajo en los hombres con un mejoramiento de la función intelectual en ambos sexos. Estos resultados indican los efectos a largo plazo de una buena nutrición, en virtud del impacto producido en el cerebro, lo cual mejora los procesos cognitivos necesarios para el aprendizaje. El efecto de la desnutrición en las funciones de recuperación del hipocampo también condicionan los procesos cognitivos necesarios para el normal funcionamiento de la memoria. 

Aunque en este espacio es muy difícil resumir, cabe señalar que no es posible atribuir los resultados de pruebas para medir aprendizaje, a factores del entorno o a factores de naturaleza didáctica o a la experticia metodológica de los docentes. El rendimiento escolar de los niños y de los adolescente viene mediado por la calidad nutricional de los primeros tres a cinco años de vida. Todo lo que se haga para alimentar y robustecer el crecimiento y mejorar la salud física de los niños es bienvenido, pero no se debe esperar la recuperación del desarrollo cerebral y de sus funciones cognitivas superiores, porque mejoremos la nutrición. Las funciones cognitivas se recuperan, en parte como producto del meta aprendizaje o del entrenamiento instrumental, intencionalmente dirigido a modificar dichos procesos. Aun en este caso los procesos biológicos y neurofisiológicos de los primeros años de vida, que dependen de las proteínas y demás nutrientes para su normal funcionamiento, no podrán potenciarse al máximo luego de la deprivación a la que fueron sometidos en los primeros años. 

Como conclusión preliminar, se puede sugerir que una mejora en el rendimiento escolar no depende de la alimentación balanceada de los niños y adolescentes, ahora, ni tampoco de la calidad metodológica de los docentes o de un entorno rico en soporte tecnológico para el aprendizaje; depende de las competencias que tenga el docente para instrumentar los procesos cognitivos con el propósito de flexibilizar su dinámica y funcionamiento.